domingo, 6 de enero de 2013

Luciérnaga.


Que tu luz me guíe
y mi oscuridad te divierta.

No hay mayor amor
que el soñado,
ni peor verdad
que la pospuesta.

Tú y yo.
No necesitamos de una estación.
No es necesaria ninguna mano
al viento del adiós.

Guárdate las caricias
como yo me guardo las ganas.

Olvídate de mí,
usa el mismo ímpetu
con el que gravé tu nombre
en aquel guijarro olvidado
del viejo que quería ser niño.

Que tu luz me recuerde,
que mi oscuridad te olvide.


-Gonzalo Gómez Córdoba-


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