sábado, 10 de noviembre de 2012

Mamá Wambara


Atrapado en las caderas
de mamá Wambara, 
contemplo un cielo de yeso.
Noto su telaraña húmeda en mi nuca
sus dedos de mejor época
surcan mi cuero,
susurrando en un lenguaje
ancestral, de runas inventadas.
Su piel el más dulce chocolate,
se desvirtúa con el paso de mi lengua.
Y es que jamás una puta,
fue tan princesa.
-Gonzalo Gómez Córdoba-

No hay comentarios:

Publicar un comentario